19.5.08

La Organización (y III)

De la caja, con ademanes lentos, Nuno extrae varios sobres de cartón que llevan escritos a mano los nombres de todos los agentes. Luego se acerca al grupo, y ellos lo buscan para ir recibiendo cada cual su paquete. Cuando la valija ha quedado vacía, el líder vuelve a su lugar, desde donde pronuncia las últimas órdenes.
— En unas horas, cuando nos hayamos alejado de esta casa, todos podrán abrir los sobres. Allí encontrarán instrucciones, algo de dinero y los detalles de la misión que les hemos asignado.
— ¡Bien pensado, muy bien pensado! —interrumpe Valbuena, de pie, muy cerca del asiático, mientras frota con ansiedad su sobre.
— Acá no podremos volver —sigue Nuno, ignorándolo. La casa, por razones de seguridad, será clausurada en cuanto nos marchemos. Así que, por favor, caballeros, recojan sus pertenencias y tengan cautela en el momento de salir.
Entre murmullos leves, la tropa empieza a disolverse. En fila, como llegaron, los agentes caminan por el pasillo estrecho hasta alcanzar la salita de recibo, donde la negra Aroma, que aguarda por ellos, va entregando armas, maletines y sombreros. Antes de verlos partir les va entregando pliegos de papel enrollado, copias donde figuran las palabras iluminadas de Nuno: el primer manifiesto de la Organización.
Valbuena, ensimismado, repasa esas líneas con fervor. Es el único que lee, y en sus manos temblorosas se sacude con prisa el fino papel. Cuando termina de leer, satisfecho, destruye la hoja y se apresura buscando la salida.
Entonces todos están listos, alguien empuja la puerta y abandona el lugar con sigilo. Imitando esa fuga cada treinta segundos, los demás soldados repiten la operación en completo silencio. Y de último, acomodándose una mochila en la espalda, sale Valbuena.
Ya empiezan a apagarse los faroles. La calle se ilumina con rapidez, la claridad de la mañana descubre ahora las fachadas de las casas vecinas.
Mientras la decena de militantes avanza rumbo a las murallas, volviendo por donde llegaron, Valbuena, el reducido agente chileno, enciende un cigarro a solas, sonríe misterioso, como si conociera una verdad ignorada por los otros, gira sobre sí mismo y emprende su travesía justo por el camino opuesto.

5 comentarios:

Esteban Dublín dijo...

Giño y pulgares arriba.

Aymara dijo...

Como dicen por nuestros lares!!! Machete!

yacasinosoynadie dijo...

POR FIN..... despues de tanta espera ud continua con esta intriga... Aqui el problema no es de estilo, el estilo es impecable, la forma gusta y atrapa... la cosa aqui es: ¿por donde coje la historia? de la respuesta a esa pregunta depende que esto sea un exito.

Sinar Alvarado dijo...

estimado yacasi: de momento la historia se queda acá. es sólo una primera entrega, un reporte sobre las actividades clandestinas de la organización. en el futuro del blog seguiremos colgando, a ratos, nuevas noticias.

gracias a todos por la visita.

saludos, s.

Camilo Jiménez dijo...

Yo me quedé empezado, incompleto. Ahora me arrepiento de haber presionado para que la historia continuara o terminara.