9.8.08

Mirón

Allí, en el edificio de enfrente, el tipo en ropa deportiva abre los candados y las puertas del pequeño local. Sigue agachado cuando aparecen, tomadas de la mano, dos chicas —flacas, las nalguitas apretadas, las tetas muy llenas— que corren para escapar de la lluvia. Ambas, siempre juntas, cruzan el breve jardín y entran al edificio.
Durante los diez o doce segundos que dura la escena, el tipo no deja de mirarlas, distraído, interrumpiendo su tarea y sosteniendo el manojo de llaves en la mano caída.
Las chicas desaparecen por un corredor lateral.
Y el sujeto, ese pobre atleta deslumbrado, parece meditar durante un instante, parece decidirse: necesita prolongar el espectáculo. Se levanta. Camina sigiloso, casi en puntillas hasta la esquina de la pared. Allí se inclina, asoma la cabeza con cuidado, se demora estudiando los dos culitos que se alejan.
Y sólo entonces, con una sonrisa y meneando la cabeza, da media vuelta y regresa al local.

7 comentarios:

Esteban Dublín dijo...

Carveriano cuento.

Nohemi Dicuru dijo...

qe sensacion le produce a un hombre ver a un culito qe nunca sera de el?

Sinar Alvarado dijo...

¡nohemí! mira lo que son las vainas: leo tu comentario sentado justo en la sala del apto de nuestra querida amiga común: ele hache castillo.

no sé qué le pasaría por la cabeza a este mirón, pero yo, en ocasiones y dependiendo del punch que me genere el "culito" (detesto la palabra), siento una mezcla de placer con impotencia. el gusto amargo de algo que se ha perdido, aunque no del todo.

saludos, s.

yacasinosoynadie dijo...

Siempre esta la impotencia... algunas mujeres ni siquiera se dejan ver el rostro, por mas que el mirón le busca la cara no la encuentra. Estas mujeres parecen hechas de espaldas.

Anónimo dijo...

Ay Yacasi... tenés un futuro bárbaro en las letras (lo digo en serio) muy ingenioso lo de las espaldas...

Anónimo dijo...

Carveriano???? Caicediano tal vez...o fue que yo leí otro Carver más seco y un poco más alejado de sus personajes, con un interés más Chejoviano en la escena y el entorno...los de Sinar son seguidos muy de cerca (casi encima) por su narrador.

Catherina dijo...

Eso no es todo, sino que los más hábiles, siguiendo su instinto animal, hacen hasta una lectura de las bondades que pudiesen caracterizar el desempeño sexual de la portadora del "culito" ¿Me equivoco?