25.11.07

Este pobre fitness freak

Adentro: tantas pesas, sus discos acerados, sus barras de metal. Los aparatos retráctiles, las poleas. Una larga fila de bicicletas estacionarias. Y acá, junto a las puertas de la tienda, esas bandas móviles, rutas sin fin, que sirven para correr evitando el compromiso de avanzar. Una de ellas funciona en solitario. Dos compradores que la examinan, el empleado que les explica mientras la banda gira y gira. Afuera: un ambiente de sábado, quieto. El bulevar enorme y vacío, apenas trajinado por los caminantes escasos. Los taxis lentos, los buses sin pasajeros. El hastío a las cinco de la tarde.
Y de repente, brilloso, el sudor como agua, la ropita ajustada casi ridícula, los músculos prietos de un corredor repentino. Sus zapatillas acompasadas, el vigor fácil, la carrera brutal sobre los adoquines de la vereda.
Entonces lo inesperado: el tipo que tuerce el rumbo y cruza la entrada abierta del local. El asombro del vendedor, el pánico de los clientes. Y luego el trote enérgico del intruso sobre la banda veloz, sus zancadas rítmicas, la sonrisa indescifrable de este pobre fitness freak.

14 comentarios:

Camilo Jiménez dijo...

Fitness freaks los que veo los viernes a las 10 pm en el gimnasio que queda en la Séptima con calle 63... no sé, me parece indecente la hora para hacer deporte en un gimnasio, como estar borracho un martes a las 10 am.

Lucaz dijo...

En Antioquia los arrieros decían: "el perdido busca el monte", hoy se puede decir "el ahogado en sus piecitos busca el fitness".

Anónimo dijo...

El que haga ejercicios despues de las 8:00pm, que lo haga lejos de las ventanas... nadie, nunca, pensara bien de el/ella.

juan dijo...

...otro Ad�n equivocando la palabra Para�so. Y uno y dos, y otra vez: Y uno y dos...

Lucaz dijo...

Don Sinar, el sábado estuve en Arte Letra y una bellísima mujer de mirada triste como un manatí moribundo (diría Andrés Hoyos), me dijo que su señoría barrió con el inventario del Retrato..así es que por ahora toca esperar la siguiente edición. Saludos.

Sinar Alvarado dijo...

hombre, amigo lucaz, qué cosa con ese libro caníbal. el señor jiménez nos habló una vez de una librería en el centro donde quedan varios ejemplares. preguntemos a ver.

abrazo.

Carlos Augusto Jaramillo dijo...

Sinar: nosotros le compramos un ejemplar, si todavía tiene. Y lo del gimnasio: ¡Ah! Por un error de la aerolínea uno de nosotros se vio alojado en un cinco estrellas una vez en Bogotá. Y aprendió que los gimnasios eran una bendición: porque mientras él se despachaba todo el güisqui del "bar abierto", los demás huéspedes trotaban en las bandas.

Sinar Alvarado dijo...

pablo, hablas de mi libro? en ese caso, yo no tengo, pero creo que quedan pocos ejemplares en algunas librerías. si sé, les aviso. y gracias por el interés, hombre.

por cierto, voy a manizales la primera semana de enero. será que andan ustedes por allá?

Carlos Augusto Jaramillo dijo...

Claro compa. Aquí lo esperamos. Pero entonces avise (me puede escribir al correo que aparece en el perfil de nosvanaperdonar). Un abrazo.

Martín Franco Vélez dijo...

don Sinar, ¿por qué tanto abandono a los lectores, compa? Una historia pequeña, por el amor de Dios. Ah, y me perdonás lo metido pero yo también estaré en Manila la primera semana de enero. Me contás y nos vemos pu'allá.

Anónimo dijo...

Beodos!! más bien hagamos todos mucho fitness por si nos toca empuñar las armas para defender nuestra isla de turcos y paisas de un eventual ataque nica...al cuartel carajo!!!!

Sinar Alvarado dijo...

pablo, franco: encantado avisaré apenas pise "manila", para que cuadremos una nueva versión de nuestra animada cumbre blogger.

franco: paciencia y disculpe el abandono. ya casi, ya casi colgamos alguito!

Jhossie dijo...

"Retrato de un Caníbal" Lo tengo, lo leí. Que bueno está! Felicitaciones Don Sinar...
Jhossselyn Bustos de Párraga.
Me encanta leerte.
Saludos.

Carlos Augusto Jaramillo dijo...

Estar en un gimnasio un viernes por la noche: como llorar borracho sobre el féretro de Jesucristo un sábado santo, o como chupar trompa en un velorio.